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Trabajo
y Sociedad |
Las economías regionales argentinas y la globalización.
El caso de Santiago del Estero y la explotación del quebracho colorado.
Raul Dargoltz[1]
Universidad
Nacional de Santiago del Estero-CONICET
rauldarg@arnet.com.ar
El actual modelo económico y productivo
triunfante en el mundo, que ha permitido las grandes desigualdades sociales
entre los países ricos o desarrollados y los pobres o subdesarrollados se basa
fundamentalmente en una constante necesidad de crecimiento cuantitativo. Y es
en este crecimiento donde se encuentra la clave del beneficio y por
consecuencia de la acumulación del capital y de la concentración de la riqueza
de las transnacionales, que son los verdaderos amos del mundo”.
El fenómeno integrador(si es válido llamarlo
de esta forma) se apoya en los convenios de libre producción de las grandes
corporaciones multinacionales. Ellas se adelantaron a los gobiernos y cada vez
tienen una mayor participación en un mundo sin fronteras. Para dar sólo una
pauta del poder alcanzado por las transnacionales digamos que las ventas
realizadas por las 37.000 Empresas Transnacionales(ETS) existentes actualmente
frente a las 7.000 que se registraban en 1970 colocaron productos entre sí en
sus mercados domésticos por casi seis billones de dólares. Muy por encima de
los cuatro billones que el mundo negoció en mercaderías y servicios durante
1992. (World Investiment report
1993,Unctad).
Las
ETS gastan más que los países líderes en la investigación y desarrollo de
tecnologías. El gasto combinado de las diez más grandes transnacionales de los
Estados Unidos, por ejemplo sobrepasa el de los gobiernos de Francia y el Reino
Unido. Este poder de la ETS es uno de los rasgos distintivos de la actual situación
de la economía mundial., de la denominada “globalización de los mercados”.
Y en este mercado globalizado es necesario
producir mucho y consumir otro tanto, pues es la única forma de mantener en
funcionamiento los engranajes del sistema. Y en esa lógica del “crecimiento al
máximo”se ignora totalmente las consecuencias internas(de desequilibrios
económicos, sociales y políticos) y externas( de agotamiento de los recursos
naturales y humanos y el impacto sobre el medio ambiente).
La producción y el consumo son dos polos que
se encadenan y constituyen la médula central de la acumulación y el beneficio
de estos “nuevos amos del mundo” que por supuesto carecen totalmente de corazón
y de sentimientos. Es ilustrativo señalar que "...desde 1900 la población
del planeta ha venido aumentando hasta triplicarse con creces. La Economía se
ha multiplicado por veinte. El consumo de combustibles fósiles es hoy treinta
veces mayor que entonces, y ha sido cincuenta el factor de incremento de la
producción industrial. Cuatro quintas partes de este incremento han ocurrido
desde 1950”.
Este crecimiento ha generado un denominado
“Nuevo Orden Internacional”que oculta cada día mayor desigualdad económica y
social y ha acentuado la condición de pobreza de casi el 70% del planeta donde
viven millones de marginados que fueron arrojados de este mundo informático y
de la era de la gran revolución tecnológica.
Esta desigualdad se manifiesta sobretodo en
la Periferia, donde queda cada vez más claro que el “subdesarrollo”no es un
estadio del “desarrollo”, sino que es producto del “desarrollo del centro”. Son
dos caras de la misma moneda, pues el libre mercado es un sistema que produce y
reproduce desigualdad mundial. Esta supuesta “libertad de los mercados”que los
países ricos imponen como política a los pobres mientras que ellos ejercen cada
vez más un feroz proteccionismo, no funciona para proteger el agua, la capa de
ozono, los bosques para no agudizar el efecto invernadero.
Y esta economía mundial que nos imponen ha
creído escapar a las leyes de la naturaleza y oculta que la riqueza del Centro
es pura ilusión, pues desde la revolución industrial el modelo productivo ha
estado convirtiendo “capital ecológico en capital económico”.
Pero seríamos ciegos si no advertimos como este
sistema económico funciona como un sistema abierto al medio ambiente, pues
utiliza recursos naturales y produce desechos y es en este sentido que coincido
con Daly sobre la diferencia que existe entre “CRECIMIENTO” Y “DESARROLLO”.
Crecimiento sería el aumento cuantitativo a escala física, mientras que
desarrollo sería la mejora cualitativa.
Por ejemplo un ecosistema puede
desarrollarse sin crecer y totalmente lo contrario el actual sistema económico
que necesita crecer a toda costa, sin que ello implique el desarrollo de sus
partes. Pareciera, en una especie de espejismo, que la economía ha podido
funcionar al margen de la naturaleza. Pero ésta es frágil, sabia y finita y
condicionará en un futuro (lo está haciendo ahora) el despliegue del modelo productivo.
Por ahora afecta este modelo económico a la
Periferia (la sequía del Sahel y de Somalía, la desaparición de los bosques
tropicales y del Amazonia; la extensión del cólera en Latinoamérica facilitado
por la insalubridad de las aguas; etc.), pero cada vez más los estudios que han
ido apareciendo a partir de los primeros años de la década del setenta, desde
Instituciones que pertenecen al propio sistema, remarcan la inviabilidad del
crecimiento tal como se plantea.
Los daños irreparables al entorno medio
ambiental son de tal magnitud que el último informe del Club de Roma alerta
acerca de que:”El tiempo se está acabando, y algunos problemas ha alcanzado ya
una magnitud que impide abordarlos con éxito”.
Los santiagueños somos conscientes que
lamentablemente el tiempo se esta acabando y los bosques y los hombres que
perdimos son irrecuperables. pero aun nos queda muchas cosas por conservar
todavía.
La historia de América Latina es la historia
de la destrucción de sus recursos naturales. Desde la conquista y colonización
hasta nuestros días fue la región de las venas abiertas al decir de E. Galeano.
Santiago del Estero, la vieja ciudad del
Barco, no escapó a este destino trágico. Su historia es la crónica de un largo
proceso de empobrecimiento. De madre de ciudades, la provincia más antigua y de
donde salieron las principales expediciones fundadores de la mayoría de las
ciudades más importantes del país, hoy es una provincia estancada, destruida y
con uno de los mayores índices de pobreza.
Más aún no sólo perdió su peso económico y
político, sino que también fue descapitalizándose humanamente, producido por la
erosión inmigratoria hacia las zonas industrializadas del país, donde viven
cerca de la mitad de sus hijos.
El Noroeste, el Centro, Cuyo y el Litoral
constituyeron las regiones que integraron la realidad económica y social
vigente en el actual territorio argentino durante los siglos XVI hasta fines
del siglo XVIII. No había una economía nacional por la inexistencia de un
mercado con un intercambio considerable de capitales, mano de obra y
mercancías entre las distintas regiones. Existía
un marcado equilibrio entre estas "economías regionales de
subsistencia" como las denomina Aldo Ferrer, en la primera etapa de
iniciación de la actividad económica en nuestro territorio. (1)
Entre estas regiones, la del Noroeste
abarcaba a las actuales provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero,
Catamarca y Tucumán y fue durante toda la época colonial la de mayor importancia
relativa dentro del territorio argentino, debido fundamentalmente a su cercanía
al centro minero de Potosí. La población de la región representaba el 40% del
total y tenía la mayor producción, teniendo en cuenta la especialización en el
rubro textil.
La llamada "ropa del Tucumán",
elaborada del algodón cultivado en las provincias norteñas, sobretodo en
Santiago del Estero, fue artículo de alto valor comercial y también motivo de
lucro y explotación de la mano de obra indígena y fue exportada a Potosí y al
Virreinato del Perú donde se necesitaba ropa de trabajo para la numerosa
población minera.
El algodón fue el oro y la plata que carecía
la región y fue utilizado en un comienzo para el hilado de la ropa, para luego
convertirse en un excelente factor de comercio y de intercambio, muy
solicitado por la población, usándolo como moneda. Hasta el salario del
gobernador se pagaba de esta forma.
Los tejidos de algodón del Noroeste fueron los
productos de intercambio comercial que dieron origen al comercio internacional
argentino. El obispo Victoria, inauguró el intercambio comercial con el
extranjero al enviar estos productos, por el puerto de Buenos Aires vía
Brasil, un 2 de septiembre de 1587, fecha instituida por ese motivo como el Ida
de la Industria Nacional.
La región del Noroeste gozaba de relativa
prosperidad y buscaba su evolución, al igual que todo el interior, hacia
formas artesanales de producción vinculadas al mercado interregional.
El litoral fue durante la Colonia el área
más atrasada y menos poblada del territorio argentino. A mediados del siglo
XVIII su población ascendía a sólo 50. 000 habitantes que vivían en una área
marginada dentro del orden colonial.
Recordemos que Buenos Aires estaba con su
puerto cerrado por disposiciones virreinales gracias a las cuales se había
logrado proteger a las industrias del interior contra los productos ingleses
competitivos. De allí que estas florecieran convirtiéndose en el principal
fundamento económico del interior argentino.
Pero la derrota sufrida por la tendencia
revolucionaria morenista y el pase del control gubernativo a manos del grupo
comercial porteño abrieron el puerto de Buenos Aires a un librecambismo que
enriqueció a la "pandilla del Barranco", nombre por el que se conocía
a las clases comerciales del puerto de Buenos Aires hábiles para todo tipo de
contrabando. Por el contrario esta política aperturista iba a empobrecer al
interior del país.
Y entonces, diezmadas por las guerras de la
independencia donde lucharon sus hijos con valor, arruinadas por las
mercaderías europeas que destruyeron sus artesanías, usurpadas sus rentas por
Buenos Aires, las provincias argentinas se hicieron pobres.
Aparecieron los caudillos, viejos generales
de la independencia, Pancho Ramírez, Ibarra, Felipe Varela, Bustos, Artigas,
Güemes, entre otros que al mando de sus tropas irregulares defendieron como
podían las autonomías provinciales resistiendo a la política centralista
ordenada desde el puerto de Buenos Aires en manos de los estancieros del Plata
y los comerciantes porteños.
La guerra civil fue inevitable. Era Buenos
Aires y su política librecambista que creaba la "barbarie"
provincial al impulsar con esta política el separatismo.
La metrópoli ya no iba a ser Buenos Aires
sino Londres. El comercio porteño pasa a ser simplemente un agente comprador y
exportador y el interior una colonia.
La máxima de Lord Gobden: Inglaterra sera el
taller del mundo y la América hispana la granja de Inglaterra se hizo realidad
con la fragmentación de América Latina bajo los intereses económicos
regionales y la ayuda del colonialismo inglés.
De este modo se frustraron las posibilidades
de desarrollo y el país quedó limitado a producir los productos requeridos por
la industria europea. Y en el interior empobrecido, aislado totalmente, surgía
también un patriciado local que malvendió irremediablemente sus mejores
tierras que fueron a parar en las manos de la oligarquía terrateniente y vacuna
del puerto de Buenos Aires ligada al extranjero.
De esta forma las oligarquías provinciales
remitían a Buenos Aires los capitales provinciales sin dejar ninguna
compensación productiva.
Y para esa dominación los ingleses y en
menor medida sus aliados franceses y europeos, tuvieron un arma fundamental: la
famosa libertad de comercio. O para emplear un lenguaje moderno tan conocido,
la famosa "apertura de los mercados".
Como vemos no es un concepto nuevo. No hay
una política "neoliberal". Es la vieja política del librecambio
"hacia afuera" de sus fronteras y colonias y proteccionismo
"hacia adentro".
Los "hábiles industrialistas",
como los llamaron Agüero, representante de los comerciantes españoles y Yañiz,
síndico del Cabildo, en el famoso debate de 1809 sobre la apertura del
puerto de Buenos Aires, aliados a los ganaderos y comerciantes del puerto
de Buenos Aires fueron los responsables de la destrucción de las artesanías
del interior.
Destruidas las artesanías del interior por
el triunfo de la política del puerto de Buenos Aires e incorporado el país al
modelo agro- exportador obliga a la provincia a sobrevivir con las nuevas
condiciones impuestas por las oligarquías locales y el capital británico.
A comienzos del siglo XIX en Santiago del
Estero existieron molinos harineros, atahonas a tracción animal, que
aprovechaban la excelente cosecha agrícola de la zona de regadío del Río Dulce.
El trigo de Santiago del Estero se exportaba a Córdoba y a Tucumán en largas
filas de carretas construidas también en la provincia aprovechando sus tupidos
bosques. Esta incipiente industria servía, sobretodo, para sostener una
economía de subsistencia.
En el último tercio del siglo XIX es
importante destacar el intento industrialista del francés Pedro San Germes que
inaugura un gran ingenio azucarero en Santiago del Estero, en el año 1879, el
Contreras, al que le suceden una docena de establecimientos del mismo tipo. (2)
Se trataba de capitales locales o cuyos
titulares residían en la provincia, que importaron modernas maquinarias de
Francia para moler la caña y producir la mejor azúcar del país. El ejemplo del
francés San Germes estimuló a los agricultores la plantación de materia prima
propia en la tradicional zona de riego del Dulce(Capital, Banda y Robles). Pero
la alianza o tela de araña trágica entre los capitales azucareros tucumanos, el
ferrocarril inglés y posteriormente el francés, La Forestal del Chaco y la Banca
E. Tornsquist que se unieron, entre otras cosas, para extraer y desarrollar la
producción azucarera de Tucumán terminó por arruinar la embrionaria industria
azucarera santiagueña.
El ferrocarril de Buenos Aires y Rosario
llegó directamente a Tucumán, corazón del azúcar, aislando los viejos pueblos
de Santiago del Estero y a la capital, la madre de ciudades. Los ingenios
azucareros santiagueños, peligrosos competidores de los tucumanos, del otro
lado del Dulce, del trazado ferroviario inglés, no pudieron colocar su
excelente producción y el francés San Germes, el más grande industrial de la
provincia, tal como lo había nominado el pueblo, se suicida arrojándose al
trapiche de su propio establecimiento.
Fue el comienzo del fin de esta industria que
tantas expectativas había generado y el meritorio intento de los industriales
santiagueños de insertarse a la economía nacional a través de una de las pocas
actividades agro- industriales protegidas del interior y orientadas al mercado
nacional.
Los países industrializados habían ya
resuelto que Santiago del Estero iba a convertirse en el principal proveedor de
las maderas duras para el trazado ferroviario y para los postes que iban a
alambrar las grandes estancias de la pampa húmeda, proveedoras de la carne y
los cereales que el mercado europeo necesitaba.
La mesopotamia santiagueña, enmarcada por
los ríos Dulce y Salado, base territorial tradicional del poblamiento y de la
economía provincial, constituida por las tierras del regadío del centro
oeste, zona donde se erigieron los modernos establecimientos azucareros, ya no
sería el escenario del principal factor dinamizador y de articulación con el
sistema agro- exportador.
Por el contrario una región totalmente
desconocida, ignorada del territorio provincial, el Chaco santiagueño, lugar al
que sólo osaba ingresar el indígena, y el mielero, sería la elegida para que
Santiago del Estero cumpliera un rol decisivo y muchas veces olvidado, en la
economía nacional. Allí estaba el "bosque sin fin", interminable,
donde reinaba majestuoso el quebracho colorado, el príncipe de las especies,
cuya madera era inalterable a la acción del fuego y a la humedad.
Y fue entonces que comenzó casi de
imprevisto, la gran devastación forestal de casi 11.000.000 de Hectáreas
forestales, de los mejores quebrachales del mundo, dando nacimiento a una mal
llamada "industria forestal" que tuvo su auge en la primera mitad del
siglo XX.(3)
Durante un largo período esta actividad forestal
se constituye en el principal sostén de la economía provincial. Los ferrocarriles
ingleses y franceses realizan sus trazados ferroviarios, sobretodo para llegar
al corazón del azúcar de Tucumán y extraer la madera de los bosques
santiagueños y van surgiendo centros urbanos donde se concentra la abundante
mano de obra que esa actividad extractiva necesitaba.
Fue en ese período que se forjó una ecuación
fundamental con verdaderos vasos comunicantes de muy difícil separación: El
ferrocarril la explotación forestal, la formación de los grandes latifundios.
Ninguna de estas partes hubiera podido existir independientemente sin las
otras. Comenzó entonces la gran privatización y entrega de las tierras públicas
de la provincia de Santiago del Estero, ya que las mayores reservas forestales
se ubicaban en tierras fiscales del este y noroeste de la provincia, hasta ese
momento desocupadas. y que fueron vendidas a entregadas a vil precio.
(Departamentos Moreno, Ibarra, Copo, Taboada y Figueroa).
Los gobiernos provinciales que se sucedieron
a partir de 1898 cambiaron la ECOLOGIA por la ECONOMIA. La supuesta riqueza
presente por la pobreza futura.
Remarcaba Irigoyen. en oportunidad de una de
estas ventas fiscales:. . . "la riqueza de la tierra como la del subsuelo
mineral de la República no puede ni debe ser objeto de otras explotaciones que
la de la Nación misma. . . ". . . . "la riqueza forestal, fuente de
vida, de recursos y de trabajo, debe ser contemplada como uno de los grandes
beneficios de la Provincia otorgados al suelo argentino, y en consecuencia su
resguardo y su utilización no pueden hacerse sino en beneficio del pueblo y de
acuerdo a planes científicamente meditados. . ." (Del Mazo, 1930). Que
lastima que el pensamiento rector de don Hipólito Irigoyen no haya sido tenido
en cuenta en materia de venta de las tierras públicas que aún continúa
imperturbablemente.
Las promesas de buenos salarios y
condiciones de vida digna, los "ríos de dinero" que iba a traer
aparejada la explotación forestal atrae a los grupos migratorios de toda la
provincia y también de fuera de ella que abandonaron sus pertenencias y su
hábitat natural para incorporarse al obraje y a una continua trashumancia. Fue
la destrucción del hombre igual que la del medio ambiente. El viejo obraje
textil de la época colonial, instrumentado alrededor de la mano de obra servil
de los indígenas, pasa a convertirse en el nuevo obraje forestal que se
establece sobre la base del trabajo semi feudal, casi esclavo, de los hacheros
y su grupo familiar.
El genocidio de los indígenas se convierte
en el genocidio de los hacheros. Esta explotación en los obrajes llevó a don
Amalio Olmos Castro, a comparar a los hacheros con los esclavos de los
algodonales del sur de los Estados Unidos reflejados magistralmente en la
Cabaña del Tío Tom. Este preclaro director de Trabajo de la provincia llamó a
esta explotación que nos debería avergonzar a todos “la esclavitud blanca” del
obraje.(4)
Debemos rescatar en esa larga noche de casi
cien años y que aún continúa dos intentos fundamentales para industrializar la
madera del bosque santiagueño, y que nos interesa remarcar: l)La Instalación de
las Fábricas de Tanino y 2) Los Distritos Forestales.
Los enclaves Forestales
Hemos visto anteriormente como la provincia de Santiago del Estero, desde la
época colonial, estuvo integrada al sector económico dominante. La producción
de la pampa húmeda otorgó a la Argentina la imagen de una gran homogeneidad
interna y de esta forma se identificó a la región pampeana con el espacio
nacional, así como la de sus terratenientes con la burguesía del país.
Por cierto que en el país, desde la colonia
misma, existía una gran diversidad regional, inclusive señalamos en este
trabajo la gran importancia histórica y socio- económica de la región del
Noroeste.
Al identificarse a la región pampeana con el
resto del país, las regiones carecieron de pasado, de historia, de economía y
por cierto que otras formas de producción pasaron a ser totalmente dependientes
de la pampa húmeda.
“Una historia regional será verdaderamente
nacional en la medida que no se limite a una crónica de sucesos locales y
aprehenda la conexión que ellos tienen con los sucesos nacionales, y cuando
fuere necesario con los que operan en el ámbito continental y mundial” dice con
razón Armando Raúl Bazán. (5)
Al comenzar a hablar de los obrajes es muy
importante consignar como antecedente la aparición del obraje textil como una
variante del sistema de encomienda. Y este último era una forma productiva del
territorio conquistado que seguía al de la ocupación militar.
La encomienda era una forma de recompensa o
tributo que se le otorgaba al conquistador, comprometiéndose este último a
convertir al cristianismo a los indígenas encomendados. El tributo adquirió las
formas de trabajo forzado para producir los bienes para el encomendero.
Las primeras encomiendas tenían como base
dos antiguos pueblos de indios: Manogasta en Silípica y Soconcho en Atamisqui.
En ellos se producían en el año 1585 ropa, lienzos, calcetas y otras telas de
algodón, cinchas y aparejos, trigo y maíz.
El obraje textil se constituyó en verdaderas
fábricas de tejido ubicadas en “lugares sombríos, techados con ramas, cercados
de muros y adobes y donde fueron encerrados los indias e indias de los
encomenderos...”[2]
Al respecto es importante consignar la
distinción hecha por la historiografía entre formas de desarrollo localmente
administradas, como la estancia pampeana, y formas de tipo enclave, aplicable a
los obrajes forestales y a las fábricas de tanino del Chaco santiagueño y
santafecino. Por supuesto que la historia moderna y contemporánea nos señala
muy interesantes ejemplos de enclaves, tanto agrarios- plantaciones- como
mineros, industriales y comerciales.
El origen de los enclaves forestales
santiagueños lo encontramos en el gran remate de más de tres millones
ochocientas mil hectáreas de bosques fiscales realizadas entre los años
1898-1904 por el gobierno de don Adolfo Ruiz. Se vendieron estas tierras
desconocidas e inhóspitas, ubicadas en los departamentos 28 de Marzo (Gral
Taboada), Moreno, Copo y Figueroa
pobladas por quebrachales, únicos en el mundo, al precio vil de 023,
ctvs. la hectárea, cuándo el precio del durmiente que pagaba el ferrocarril era
de 1,48. De esta forma se formaron los grandes latifundios forestales.(6)
Los
bosques santiagueños fueron comprados por “ El Sindicato de Capitalistas Para
la Adquisición de las tierras de Santiago del Estero”, sociedad formada en el
puerto de Buenos Aires integrada por las principales familias de la oligarquía
porteña, y dónde podemos apreciar
apellidos notables, como Zuberbuhller, Santamarina, Lloveras, Rufino, etc.
Y a partir de allí, de la formación de los
grandes latifundios, los enclaves forestales, fue que comenzó la gran
devastación forestal en la provincia.
Y para ello debía consolidarse una gran red
de vasos comunicantes, una verdadera tela de araña, que se relacionaban de una
manera muy estrecha: la oligarquía porteña, los ferrocarriles ingleses y
franceses, la oligarquía azucarera tucumana y posteriormente la Forestal del
Chaco, que se apropiaron y distribuyeron la tierra pública y también el trazado
y distribución de la red ferroviaria y por cierto el desempeño económico de
toda la región, con especial vinculación con el funcionamiento de la economía
pampeana.
Esta red de intereses condenaron a Santiago
del Estero a convertirse en la productora de los durmientes para el
ferrocarril, el combustible para sus locomotoras y los postes para el alambrado
de las grandes estancias de la pampa húmeda. Una de las razones fundamentales
fue que el quebracho colorado santiagueño tiene menor contenido de tanino que
los quebrachales colorados de la zona del chaco santafecino, chaqueño y
paraguayo.
Es por eso que recién en la década del 40 se
construyeron las dos grandes y únicas fábricas de tanino, también importantes
enclaves, en el territorio provincial: Weisburd en el Departamento Mariano
Moreno y la Cotan S.A.(Compañía Taninera) en Monte Quemado –Copo.
Es decir que del análisis y revisión de este
proceso formativo, tan vinculado al funcionamiento de la economía pampeana,
surgen nítidamente la existencia de estructuras económicas que divergieron
notablemente con las del capitalismo agrario pampeano.
Una peculiaridad notable es la ubicación de estos
establecimientos productivos en una región geográfica alejada de la sede de las
decisiones administrativas y políticas.
Esta denominación enclave tiene un doble
significado que es muy importante destacar:
Un ejemplo característico lo tenemos con la
célebre La Forestal del Chaco, que monopolizó la fabricación y el comercio del
tanino en el país. En este caso sus accionistas, su directorio, su sede
central, residían en Londres. Al exterior, a Inglaterra, se remitían las
utilidades a distribuir de esta empresa monopolista.
Otra de las peculiaridades importantes de
esta empresa era que tenía pocas vinculaciones con los eslabonamientos regionales,
ya que las máquinas de sus ingenios, los ferrocarriles, los puertos, etc.,
provenían del exterior. Inclusive la harina y los productos de alimentación
eran de otras regiones; sólo podemos consignar al combustible(leña y carbón) y
algunas veces la carne(como el caso de las empresas tanineras santafecinas) que
eran de la propia región.
La producción taninera se exportaba en el
90% para el exterior lo que señala bien claramente cuál era la orientación.
Este enclave, era una especie de extensión de la economía y de la soberanía de
los países centrales.
En segundo lugar el término enclave también
determina un aislamiento físico, o geográfico, determinado originalmente por
condiciones sociales, naturales e institucionales. Como la presencia del
bosque, la selva y la incertidumbre sobre las condiciones legales e
institucionales.
Por ejemplo, el gran latifundio de
Quebrachales Tintina Sociedad Anónima de los Tornquist, tenía en territorio
santiagueño más de 600.000 hectáreas. En campos de su propiedad se fundaron las
estaciones de ferrocarril de Vilelas, Puna, Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo
Viejo, Alhuampa, etc.
Enormes obrajes dónde trabajaban más de
cinco mil hacheros y dónde la civilización de la ley y la justicia no llegó
sino hasta mediados del siglo XX.
Y también en los enclaves forestales
destacamos las características especiales del hachero y del trabajador
forestal.
En el caso de los hacheros su nomadismo. La
obligada trashumancia del obraje, con poblaciones efímeras, pueblos fantasmas,
construidos a la vera de las estaciones ferroviarias y destruidos con la
devastación del bosque. Un nomadismo que los obligaba a trasladarse con sus
familias siguiendo al obraje una vez terminado el bosque del lugar asignado.
Pero este traslado era sólo en el interior de los enormes latifundios,
verdaderos feudos medievales que solo
se podía escapar con la muerte.
La difusión generalizada del pago con
especies, con vales o notas de créditos, que se podían canjear solamente en las
proveedurías del obraje, al igual que la ausencia total del control del estado
ya que el comisario y los jueces de paz eran pagados por la Compañía,
contribuía a una coacción generalizada y por supuesto a este aislamiento.
Recién con el gobierno radical de Santiago
Maradona(1928-1930), se reglamentaron las leyes nacionales que, pese al tiempo
transcurrido desde la promulgación de las mismas, carecían de aplicación en la
provincia. Como la ley 9688 de accidentes de trabajo y de enfermedades
profesionales; La Ley 11.723 sobre el Trabajo de las Mujeres y de los Menores,
etc.
También se sentaron las bases para el
estricto cumplimiento de las leyes obreras al crearse el Departamento
Provincial del Trabajo.
Y para poner fin a los continuos abusos que
se vivían en los obrajes, donde no era extraño ver a los jueces de paz
dirigiendo las tareas del aserradero o a los comisarios vendiendo mercaderías
en las proveedurías, el Ministro de Gobierno de Maradona, don Julio Olivera,
dictó el 9 de julio de 1928, una resolución ministerial ejemplificadora, que como
bien dice Luis Alén Lascano debería destacarse con letras de oro:
“.....Prevenir a los empleados policiales que serían exonerados si detienen o
molestan a los señores trabajadores, por deudas contraídas con los señores
patrones o por otras causas que no estén especificados en el Código de
Policía...”
Lamentablemente estas continuas violaciones
a las leyes laborales y sociales perduran en la actualidad por este aislamiento
que aún se mantiene.
Las fábricas de tanino santiagueñas, y
posteriormente, los distritos forestales cambiaron este “hábito” obligado al
crearse pueblos estables, con luz eléctrica, agua corriente y hasta escuelas y
hospitales.
En Santiago del Estero, desde la explotación
forestal intensiva de comienzos del siglo XX hasta la década del 40 y luego con
las fábricas de tanino, que también abarcaron a los obrajes, fueron los núcleos
típicos de una producción organizada en la forma de enclave forestal.
Ambos
tienen una enorme importancia, porque fueron los esfuerzos más serios y reales,
sobretodo el último, de terminar con un sistema de destrucción irracional de
nuestra ecología y medio ambiente, cambiando el destino histórico del bosque
santiagueño y por las posibilidades presentes que este recurso natural aún
posee para la provincia. Pasaremos a describirlos sintéticamente.
La industria del tanino en Santiago del Estero.
El descubrimiento del tanino extraído del
quebracho dio comienzos a partir del año 1880 con la exportación de los
rollizos del quebracho argentino a las fábricas ubicadas en El Havre y
Hamburgo(Alemania). Hasta esa fecha se extraía en Europa del nogal ,roble o el
castaño pero la el quebracho tenía la enorme posibilidad de utilizar
prácticamente todo el árbol , que lo hacía sumamente atractivo económicamente y
abaratando la producción y utilización del cuero.(7)
Pero fue en el año 1890 cuando se inaugura
la primera fabrica de extracto de quebracho (tanino) en el país, en Pehuajo,
Corrientes, industrializando la materia prima en el lugar de origen. Una razón
fitogeográfica iba a influenciar en el destino del quebracho colorado
santiagueño con una proporción de tanino inferior al que existía en los
quebrachos colorados de la región de Santa Fé, el Chaco, Formosa y el Chaco-
Paraguayo. De allí que el quebracho santiagueño fue "reservado" para
los durmientes y el combustible del ferrocarril y de las otras industrias y
para levantar los postes de las estancias de la pampa húmeda.
Ese fue el motivo principal que la Forestal
del Chaco, y sus empresas adláteres, establecieron todas las fábricas de tanino
en la región chaqueña- santafecina- paraguaya, constituyendo un gran emporio
que monopolizó la fabricación y exportación del tanino en nuestro país y
controló todo el comercio mundial durante más de ochenta años.
El extracto sólido del quebracho salió del
país por miles de toneladas a un ritmo de exportación continuo hasta el año
1963, en que la Forestal prácticamente extinguido el quebracho colorado y
descubierta las propiedades similares de la mimosa, original del Africa,
decidió levantar sus instalaciones. Pueblos enteros, vías férreas, puertos,
viviendas, etc. fueron abandonadas y dinamitadas por la Forestal Del Chaco,
para evitar que la población del lugar se quedara en las instalaciones.(8)
Debemos hacer notar que en la década del 40,
durante la guerra mundial, como consecuencia del proceso de extinción de los
quebrachales santafecinos y pese al menor rendimiento del quebracho
santiagueño, se produce una expansión en procura del tanino del quebracho
santiagueño que pasaba a ser rentable. Inclusive, se advierte como consecuencia
de esta demanda, un aumento de la población rural del área forestal, que en esa
fecha alcanzo a representar el 20% de la población rural de toda la provincia.
Esta situación es importante teniendo en cuenta la elevada emigración de las
provincias del norte hacia la zona metropolitana de Buenos Aires.
En ese período se instalan dos fábricas de
tanino en el territorio santiagueño. Una en la localidad de Weisburd,
Departamento Mariano Moreno y la otra en Monte Quemado en el Departamento
Copo, en el límite con Salta. Ambas fábricas dieron prácticamente vida a los
pueblos de Weisburd, (dpto. M. Moreno) y a Monte Quemado en el departamento
Copo al dotarlos de viviendas de material, agua corriente, luz eléctrica,
hospitales, salarios dignos para los obreros, cine, etc. que contrastaban
notablemente con los pueblos forestales existentes hasta entonces.
Lamentablemente, en un final que nos
recuerda al ingenio azucarero del francés San Germes, tanto la Empresa
Weisburd y Cía. como la Cotan(Compañía Taninera) de Monte Quemado no pueden
colocar la excelente producción de sus fábricas en el mercado mundial
controlado por la Forestal y se ven obligadas a cerrar las fábricas y vender
las maquinarias como hierro viejo. Las ruinas silenciosas, todavía imponentes,
de estas dos grandes fábricas de la Provincia de Santiago del Estero se encuentran
en los mencionados pueblos y son verdaderos símbolos de los intentos vanos de
industrialización del monte santiagueño.(9)
De la Facultad de Ingeniería Forestal creada
en el año 1958 en la provincia más castigada por la depredación forestal,
fueron saliendo las bases fundamentales para la constitución mediante Ley 3275
del IFIA( Instituto Forestal de Industrialización y Administración), que tuvo
por objetivos el fomento de la tecnificación y el mejoramiento de la economía
forestal.
Y de este Instituto salieron los estudios y
las bases de los denominados Distritos Forestales. Los Tigres, los Pirpintos,
El Caburé fueron pueblos dotados de centros cívicos, casas de material
confortable, agua potable, infraestructura vial y sanitaria y sobretodo de una
moderna tecnología, que aún se conserva en partes, para la fabricación de
parquee, muebles, paneles de madera, etc., utilizando las maderas de los
bosques santiagueños.
Si aún resuenan las palabras del ingeniero
Néstor R. Ledesma, artífice del IFIA y uno de los fundadores de la Facultad de
Ingeniería forestal: “Nunca más los pueblos nómades. Nunca más los vales ni las
proveedurías. Nunca mas la explotación del hombre por el hombre más inicua e
irracional que se conoce en la historia de la humanidad. Viviendas dignas,
salarios dignos. Atención y Salud adecuadas”.
Y los Distritos Forestales se convirtieron
en una nueva esperanza para terminar para siempre con el drama del obraje, de
la depredación irracional del medio ambiente y del hombre, y de convertir a la
provincia de Santiago del Estero en un verdadero polo industrial utilizando sus
recursos naturales depredados salvajemente.
Estos Distritos Forestales, posteriormente
convertidos en cooperativas, habían logrado realizar en el período 1979/1981
mas de 120.000 toneladas de madera. Una cifra muy significativa y que las
convertía en grandes empresas industriales. Mas de quinientas familias vivían
en torno de estas cooperativas forestales, engrandecidas y fortificadas por la
participación de las mismas en los planes de construcción de viviendas en la
provincia del FONAVI (Fondo Nacional de la Vivienda.)(10)
En este crecimiento de las Cooperativas
Forestales tuvo mucho que ver la acción del ex-Gobernador de la provincia de la
Revolución Argentina, Gral. Cesar F. Ochoa que facultó al Instituto de Vivienda
y Urbanismo de la Provincia a contratar directamente con las cooperativas, sin
licitación alguna, la carpintería de las obras públicas y numeroso mobiliario
para las escuelas provinciales. Además por su excelente producción las
cooperativas estaban en condiciones de competir en el mercado nacional e
internacional.
No únicamente se lograba en las cooperativas
forestales una utilización industrial del bosque, sino también existían planes
de reforestación y de protección de nuestra naturaleza.
Es fácil advertir los perjuicios de las
empresas constructoras, contratistas del Estado, como consecuencia de esta
competencia de las cooperativas forestales que no únicamente habían abaratado
los costos, sino que estaban en condiciones de copar el mercado con viviendas
prefabricadas construidas totalmente de madera. Los Grupos Económicos
Provinciales(GEP), estructurados sobretodo alrededor de las Empresas
constructoras monopolizaron en las provincias el gran negocio de las obras
públicas(viviendas, caminos, canales de riego, etc.) constituyéndose en
verdaderos poderes dentro de los Estados Provinciales, con una gran influencia
económica y social.
Solamente en el período 1980-1994, se
construyeron en Santiago del Estero 16.500 viviendas, con ganancias aproximadas
de unos siete millones de dólares anuales para estos GEP. De allí que los
denominados “hombres de paja” de las Empresas Constructoras ubicados en los
poderosos Ministerios de Economía y Obras Públicas, advirtiendo esta
competencia “desleal” de la cooperativas forestales urdieron una trama o
confabulación contra el bosque santiagueño a través de una feroz campaña de
desprestigio contra ellas y contra las propiedades de las maderas santiagueñas
para la carpintería de obra.
Carlos Jensen Viano, sucesor civil del
General Ochoa, en sorprendentes declaraciones “destapó la olla” y anunciaba,
que conforme a los informes de la Universidad Nacional de Santiago del Estero,
muy controvertido por cierto, ”la madera de quebracho no servía o no se había
demostrado que era apta para ser utilizada en carpintería de precisión”.
Fueron inútiles las voces esclarecidas que
se alzaron para defender nuestros bosques. Como el caso de científicos de valía
internacional como Casimiro Uhrin, experto alemán y profesor de Universidades
del país y del extranjero. Fue el comienzo del fin de las cooperativas
forestales luego atacadas por sus reales desórdenes, aunque exagerados,
administrativos.
La provincia madre de ciudades, a mediados
del ochenta, retornaba bajando la cabeza a la vieja política de destrucción
forestal sin control alguno. Las cooperativas forestales aún existen en el
corazón del bosque santiagueño. Sus modernas maquinarias casi abandonadas, ,son
utilizadas para fabricar ataúdes, y los pobladores de los ex-Distritos
Forestales y de toda la región del norte santiagueño esperan la instrumentación
de nuevos planes que los saquen del atraso y de la miseria. Mientras tanto,
como una gran sombra el mal de Chagas, el gran flagelo provincial, anida con
forma de vinchuca en los ranchos. Uno de cada cuatro santiagueños padece de
este mal endémico. Las viviendas de madera, para erradicar los ranchos, aún
esperan su realización.
Algunas propuestas:
Los
recientes datos referidos al aumento del desempleo, de la pobreza, de los
hogares con necesidades básicas insatisfechas, las manifestaciones de protestas de los diversos sectores, son explicados por el gobierno y algunos
economistas oficiales como el costo de la reconversión y del ajuste necesario
en la economía nacional que ha tenido un gran crecimiento en los últimos años.
Una economía nacional que como hemos visto
anteriormente obliga a privilegiar,
dada la apertura de los mercados,
la provisión del exterior de los insumos de la producción.- Esto ha traído aparejado un olvido de las
regiones del país que podrían hacerlo.
Las economías regionales no pueden quedar
expuestas al libre juego del mercado,
que por otra parte, como hemos
visto, no existe y nunca existió.
Es de fundamental importancia, y la única forma de parar los estallidos
sociales, fomentar un programa de
desarrollo de las economías regionales,
la gran ausente del debate nacional.
Para ello el Estado Nacional deberá invertir
los fondos necesarios, y si es
necesario(evidentemente lo es) renegociando el pago de los intereses de la
deuda externa, tal como lo han venido
pregonando recientemente algunos obispos y el propio Papa al calificarla de
"injusta e inmoral".
El
gobierno nacional debe asistir, con
créditos subsidiados a la destruída actividad primaria de las provincias
implementando sistemas de comercialización
que impidan el despojo al productor.
Es muy importante la radicación de las agro-
industrias en los mismos lugares de producción de las materias primas, aumentando el valor agregado de las
mismas.- La búsqueda en el mercado
internacional y en el Mercosur de colocación de los productos regionales,
etc.
Estas y otras medidas son fundamentales para
salvar a las economías regionales y a las provincias rezagadas, "inviables", o en vías de franca extinción.
Notas:
1)
Ferrer, Aldo: “Manual de Economia Argentina”,
2)
Dargoltz, Raúl Eduardo: “Hacha y Quebracho. Historia
Ecológica y Social de Santiago del Estero.”, cuarta edición corregida y
aumentada, Santiago del Estero, 1998, Ediciones Conciencia y Nacional.
3)
Ibid.
4)
Olmos Castro, Amalio: “El trabajo”, Santiago del
Estero, 1942.
5)
Bazan, Armando Raúl, “ El Noroeste y la Argentina
Contemporánea”( 1953-1992), Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1992.
6)
Dargoltz, Raul E.: “ La Alianza Anglo Porteña.
Historia de la destrucción de una provincia”, Ediciones del Mar Dulce, Buenos
Aires, 1983.
7)
Ibid.
8)
Ibid.
9)
Dargoltz, Raul: “Hacha y Quebracho. La Confabulación
contra el bosque Santiagueño”, Ediciones El Liberal, Santiago del Estero, 1988.
10)
Dargoltz Raul, "Santiago
del Estero. El Drama de Una Provincia", op.cit..
[1] El autor es Magister de Estudios Sociales Para América Latina. Profesor de Historia Social Regional de la Univ. Nacional de Santiago del Estero e investigador del Conicet.
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