A sala llena el Dr. Pérez de Nucci habló sobre la problemática de la pobreza en nuestro país.
El pasado sábado 26 de agosto, se realizó el cierre de las "I Jornadas Nacionales Perspectivas e Intervenciones en las Ciencias Sociales del NOA", organizadas por la FHCsSyS de nuestra Universidad. Entre las actividades destacadas, el Dr. Armando Pérez de Nucci, disertó sobre "Bioética y pobreza a comienzos del siglo XXI".
Durante la presentación, la decana de la unidad académica organizadora, Mg. María Mercedes Arce de Vera y la Lic. Josefina Fantoni, destacaron la extensa trayectoria del prestigioso médico tucumano.
"La tarea para nosotros es recuperar espacios y oportunidades para los pobres", sentenció en su presentación el Dr.Pérez de Nucci.
En su disertación, Pérez de Nucci, que transcurrió su carrera como médico rural, indicó: “Casi toda mi vida de médico ha transcurrido en consecuencia directa con la pobreza, y en casi treinta años, no he visto hechos que pudieran modificar esta realidad".
"Al contrario-sentenció-he visto crecer el pauperismo, la desigualdad, las brechas sociales y el aprovechamiento de unos por otros. Una situación imperante, que solo puede ser revertida por el cambio de mentalidad y la solidaridad de los argentinos en su conjunto".
En su exposición hizo énfasis en "la educación para hacer hombres libres" y resaltó la necesidad de "sentarnos a hablar desde la diferencia".
“Hablar de vulnerabilidad y pobreza, uno de los grandes problemas no solo de la medicina y de la política, sino también de las ciencias sociales. La idea hoy es, desde la bioética, desarrollar cuáles son los determinantes sociales de la salud y de la política, en cuanto a un problema, que ya se ha hecho crónico y que va aumentando hasta el punto que la pobreza y la vulnerabilidad se presentan ya como determinantes sociales para todas nuestras provincias”.
Siguiendo con su relato, se refirió a la “necesidad de justicia” e indicó, “en la Argentina no hay escases de comida, hay escases de justicia y esto es mucho más dramático y profundo”.
“Y finalmente - dijo- ensuciarse las manos en el buen sentido de la palabra, es decir, poner las manos en el problema de los demás y no analizarlos desde afuera. Esto es nada más que una aproximación de lo que pienso y que no lo voy a resolver yo, ni la universidad, sino que es una problemática que lo vamos a resolver entre todos”.